Este post fue inspirado por el artículo (en Inglés) de Edutopia “Unraveling the Myths Around Reading and Dyslexia” del 21 de Mayo de 2019. Sigue el enlace para leer el artículo original.

Leer, escribir, deletrear, comprender y expresar de ideas y puntos de vista están directamente impactados por la dislexia.

Todas estas dificultades pueden resultar en el desarrollo de una pobre autoimagen y autoconfianza. También pueden impedir el disfrute personal y la conexión que los jóvenes lectores puedan hacer con los libros y las historias.

Un reto lleva a otro y antes de que nos demos cuenta ya hemos perdido otro niño al campo de los que dicen “a mí no me gusta leer” o, peor aún, “yo odio leer”.

Si tienes dificultades con cualquier cosa en la vida, y no puedes encontrar el tiempo, espacio, comprensión ni apoyo para conectar con la tarea propuesta y disfrutar la experiencia, te apagas y lo echas a un lado sin intentarlo más.

En el caso de la lectura y la escritura, palabras y símbolos, “apagarnos” significa rendirnos al lenguaje, la comunicación y la expresión de nosotros mismos.

De acuerdo con el artículo de Edutopia, tantos como 1 de cada 5 niños tiene una forma de dislexia. El comportamiento desafiante o la memorización de textos e información son algunas estrategias en la que los estudiantes pueden tratar de sobrepasar o evadir el reto.

Esto resalta que el diagnóstico no tiene nada que ver con la inteligencia, pero sí con el desarrollo de estructuras claves y funciones de nuestros hermosos y diversos cerebros.

“Los cerebros disléxicos tienen más dificultad asociando los sonidos correctos a los símbolos escritos (letras) haciendo de la lectura una actividad laboriosa, y dando como resultado un deletreó que muchas veces se siente como aleatorio.”

Edutopia (2019)

El artículo también resalta el hecho de que, en términos de instrucción lectora, la estrategia de “esperar a ver” la mayor parte de las veces es fallida, y el énfasis en “aprender a amar la lectura” no es suficiente.

Como maestros, terapistas y padres debemos empezar por el cerebro. Una mejor comprensión del funcionamiento del cerebro es algo fundamental, así como de todas las destrezas envueltas en el desarrollo y dominio de la lectura y escritura en un niño con dislexia.

Existen programas de entrenamiento y grupos de apoyo. Nuevas investigaciones están trayendo a la luz información, recursos y estrategias.

Al final del día, “aprender a amar la lectura” tal vez no es la solución absoluta, pero sin duda, el amor incondicional a los niños jamás fallará en mover la aguja hacia adelante. Es el amor lo que inspira a educadores y neurocientíficos a mirar profundamente en el cerebro.

Cuando los adultos que están con los niños que sienten el reto de la lectura y de amar la experiencia ofrecen apoyo, comprensión y amor, las emociones si juegan un papel clave.

“Amor a la lectura” empieza con el adulto, y se vuelve una parte de la solución y de la fuerza que empuja todos los esfuerzos, no solo para hacer lectores, sino para cultivar personas capaces de comunicarse, expresar y compartir ideas, comprendiéndose a sí mismos y a los demás; Las bases para una mejor humanidad.

En Asenti queremos animarte y celebrar todos tus esfuerzos, como especialista, padre o maestro. Comparte tus propios descubrimientos con nosotros en un comentario debajo de este artículo.

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